_Moments_
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(L)a prensa internacional está manipulada. Y las razones de dicha manipulación son diversas. Hay, por ejemplo, razones ideológicas: entre las actividades humanas, los medios de comunicación son los más manipulados porque son instrumentos para determinar la opinión pública, algo que puede ocurrir de maneras diversas, dependiendo de quién los gestione. Hay diversas técnicas de manipulación. En los periódicos, se puede llevar a cabo una manipulación según lo que se escoja colocar en la primera página, según el título y el espacio que dedicamos a un acontecimiento. En la prensa hay cientos de maneras de manipular las noticias. Y otros cientos existen en la radio y en la televisión. Y sin decir mentiras. El problema de la radio y de la televisión es que no es necesario mentir: podemos limitarnos a no decir la verdad. El sistema es muy sencillo: omitir el tema. La mayor parte de los espectadores de la televisión reciben de forma muy pasiva lo que ésta les ofrece. Los patronos de los grandes grupos televisivos deciden por ellos qué deben pensar. Determinan la lista de las cosas en que pensar y qué pensar sobre ellas. No podemos pre-tender que el telespectador medio pueda llevar a cabo estudios independientes sobre la situación del mundo, sería imposible incluso para los especialistas. El ciudadano medio, que trabaja, vuelve a casa cansado y quiere tan sólo estar un rato con su familia, recibe únicamente lo que le llega en esos cinco minutos de telediario. Los temas principales que dan vida a las «noticias del día» deciden qué pensamos del mundo y cómo lo pensamos.
(…) El problema de las televisiones y, en general, de todos los medios de comunicación, es que son tan grandes, influyentes e importantes que han empezado a construir un mundo propio. Un mundo que tiene poco que ver con la realidad. Pero, por otro lado, estos medios no están interesados en reflejar la realidad del mundo, sino en competir entre ellos. Una cadena televisiva, o un periódico, no puede permitirse carecer de la noticia que posee su rival directo. Así, todos ellos acaban observando no la vida real, sino a la competencia.
(…) Naturalmente, hay revistas, boletines y sobre todo libros que ofrecen una imagen más equilibrada y completa, pero son para minorías, para grupos pequeños de especialistas. Para el gran público, la información es sólo el resultado de la competencia, de la lucha entre los grandes medios de comunicación. Y eso es otra historia.
El otro tipo de manipulación es la consciente.
(Los cínicos no sirven para este oficio, págs. 59, 60, 61 y 62) Ryszard Kapuscinski
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(L)a prensa internacional está manipulada. Y las razones de dicha manipulación son diversas. Hay, por ejemplo, razones ideológicas: entre las actividades humanas, los medios de comunicación son los más manipulados porque son instrumentos para determinar la opinión pública, algo que puede ocurrir de maneras diversas, dependiendo de quién los gestione. Hay diversas técnicas de manipulación. En los periódicos, se puede llevar a cabo una manipulación según lo que se escoja colocar en la primera página, según el título y el espacio que dedicamos a un acontecimiento. En la prensa hay cientos de maneras de manipular las noticias. Y otros cientos existen en la radio y en la televisión. Y sin decir mentiras. El problema de la radio y de la televisión es que no es necesario mentir: podemos limitarnos a no decir la verdad. El sistema es muy sencillo: omitir el tema. La mayor parte de los espectadores de la televisión reciben de forma muy pasiva lo que ésta les ofrece. Los patronos de los grandes grupos televisivos deciden por ellos qué deben pensar. Determinan la lista de las cosas en que pensar y qué pensar sobre ellas. No podemos pre-tender que el telespectador medio pueda llevar a cabo estudios independientes sobre la situación del mundo, sería imposible incluso para los especialistas. El ciudadano medio, que trabaja, vuelve a casa cansado y quiere tan sólo estar un rato con su familia, recibe únicamente lo que le llega en esos cinco minutos de telediario. Los temas principales que dan vida a las «noticias del día» deciden qué pensamos del mundo y cómo lo pensamos.
(…) El problema de las televisiones y, en general, de todos los medios de comunicación, es que son tan grandes, influyentes e importantes que han empezado a construir un mundo propio. Un mundo que tiene poco que ver con la realidad. Pero, por otro lado, estos medios no están interesados en reflejar la realidad del mundo, sino en competir entre ellos. Una cadena televisiva, o un periódico, no puede permitirse carecer de la noticia que posee su rival directo. Así, todos ellos acaban observando no la vida real, sino a la competencia.
(…) Naturalmente, hay revistas, boletines y sobre todo libros que ofrecen una imagen más equilibrada y completa, pero son para minorías, para grupos pequeños de especialistas. Para el gran público, la información es sólo el resultado de la competencia, de la lucha entre los grandes medios de comunicación. Y eso es otra historia.
El otro tipo de manipulación es la consciente.
(Los cínicos no sirven para este oficio, págs. 59, 60, 61 y 62) Ryszard Kapuscinski