mariadoloresacero
La Gran Esfinge de Kefrén
La Gran Esfinge de Gizeh, efigie del faraón Kefrén, cuya tumba se yergue al fondo, es un gigantesco león de rostro humano tallado en la roca. Tiene 21m de altura y 73m de largo. El monumento fue restaurado y descombrado de la arena que lo recubría en muchas ocasiones. La más famosa fue la de Tutmosis IV, a quien descansando a la sombra del coloso, se le apareció en sueños el dios de la Esfinge, Harmachis (“Horus del horizonte “) incitándole a emprender su restauración, como recuerda la estela entre las zarpas del león. En 1926 se realizaron los últimos trabajos de despeje. Se cree que el rostro desfigurado se debe a que los mamelucos ejercitaban su puntería tirándole balas de cañón. El rostro tiene 5m de altura y lo que queda de nariz casi 2m. La perilla postiza, que le colocara Tutmosis IV, se conserva en el Museo de El Cairo.
La verdad es que he disfrutado tanto este viaje que es por eso que quiero compartirlo con vosotros. Sobre todo porque hoy en día existen muchas limitaciones para poder hacer un viaje de este tipo, ya me entendéis.
Muchas gracias por vuestros comentarios y visitas. Thank you for your visit and comments.
Je vous remercie de votre visite et commentaires.
©: Maria Dolores Acero. Todos los derechos reservados.
La Gran Esfinge de Kefrén
La Gran Esfinge de Gizeh, efigie del faraón Kefrén, cuya tumba se yergue al fondo, es un gigantesco león de rostro humano tallado en la roca. Tiene 21m de altura y 73m de largo. El monumento fue restaurado y descombrado de la arena que lo recubría en muchas ocasiones. La más famosa fue la de Tutmosis IV, a quien descansando a la sombra del coloso, se le apareció en sueños el dios de la Esfinge, Harmachis (“Horus del horizonte “) incitándole a emprender su restauración, como recuerda la estela entre las zarpas del león. En 1926 se realizaron los últimos trabajos de despeje. Se cree que el rostro desfigurado se debe a que los mamelucos ejercitaban su puntería tirándole balas de cañón. El rostro tiene 5m de altura y lo que queda de nariz casi 2m. La perilla postiza, que le colocara Tutmosis IV, se conserva en el Museo de El Cairo.
La verdad es que he disfrutado tanto este viaje que es por eso que quiero compartirlo con vosotros. Sobre todo porque hoy en día existen muchas limitaciones para poder hacer un viaje de este tipo, ya me entendéis.
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