M. Capdevila
Salinas de Breña Baja o Salinas de los Cancajos
Las Salinas datadas del siglo XVIII, hoy conocidas como de Los Cancajos, son fruto de las inquietudes ilustradas del Presbítero Don Miguel González Toledo (1755-1842) nacido en Santa Cruz de La Palma y vecino de Breña Baja. El acceso principal al conjunto salinero y la vivienda se hace por una ennoblecida portada neoclásica en cantería. Dentro del conjunto se encuentra una vivienda de planta rectangular y cubierta de teja árabe a dos aguas, donde la planta baja o lonja era el área destinada a servir de almacén o cuarto de aperos, mientras que en la planta superior se encontraba la vivienda como tal.
Estas salinas constituyen un modelo único en la Isla, de inspiración grecorromana, de trazado muy regular y dos cocederos localizados próximos al mar. En 1867, la falta de capitalización del propietario y la destrucción de parte del mortero de cal por la acción del mar fueron los motivos del abandono de estas salinas. Actualmente sólo pueden observarse restos exteriores de lo que fue este interesante complejo salinero, el complejo está cerrado al público y solo puede verse los restos de esta construcción, al igual que en 1867, la falta de capital e interés del Gobierno ha cerrado estas instalaciones.
Salinas de Breña Baja o Salinas de los Cancajos
Las Salinas datadas del siglo XVIII, hoy conocidas como de Los Cancajos, son fruto de las inquietudes ilustradas del Presbítero Don Miguel González Toledo (1755-1842) nacido en Santa Cruz de La Palma y vecino de Breña Baja. El acceso principal al conjunto salinero y la vivienda se hace por una ennoblecida portada neoclásica en cantería. Dentro del conjunto se encuentra una vivienda de planta rectangular y cubierta de teja árabe a dos aguas, donde la planta baja o lonja era el área destinada a servir de almacén o cuarto de aperos, mientras que en la planta superior se encontraba la vivienda como tal.
Estas salinas constituyen un modelo único en la Isla, de inspiración grecorromana, de trazado muy regular y dos cocederos localizados próximos al mar. En 1867, la falta de capitalización del propietario y la destrucción de parte del mortero de cal por la acción del mar fueron los motivos del abandono de estas salinas. Actualmente sólo pueden observarse restos exteriores de lo que fue este interesante complejo salinero, el complejo está cerrado al público y solo puede verse los restos de esta construcción, al igual que en 1867, la falta de capital e interés del Gobierno ha cerrado estas instalaciones.