Si la historia no nos da la razón, acudamos a la prehistoria.
Alguien dijo una frase parecida a esta. Acudir a la prehistoria es simplemente investigar, tratar de extraer las mas profundas raices de la presencia del ser humano a lo largo de los tiempos, pensar que nuestra historia es solo un pequeño retazo de tiempo en relación con todo lo que desconocemos. Que cuando observamos la presencia de cantos rodados bajo tierra lejos del mar estamos suponiendo la presencia marina donde hoy existen pueblos, ciudades. Pero todo ello cubierto con el velo dificil de rasgar de los tiempos, cuando los milenios son como un minuto.
Algo así percibimos cuando nos acercamos al Dolmen de la Hechicera, junto al pueblo de Elvillar, Rioja Alavesa. El inmenso galgal que rodea al túmulo central, reconstruido desde su descubrimiento hace ya mas de 84 años, acredita el gran valor arquelógico de este yacimiento del neolítico. La necesidad de que ese espacio sea respetado y las visitas no sean masivas.
Las negras nubes, mas bien un gran nubarrón, parecen testimoniar la negrura que supone investigar el tiempo pasado, cuando los milenios se pierden como sombras.
Muchísimas gracias a todos los amigos de flickr por sus amables visitas, comentarios y premios a estas imágenes.
Si la historia no nos da la razón, acudamos a la prehistoria.
Alguien dijo una frase parecida a esta. Acudir a la prehistoria es simplemente investigar, tratar de extraer las mas profundas raices de la presencia del ser humano a lo largo de los tiempos, pensar que nuestra historia es solo un pequeño retazo de tiempo en relación con todo lo que desconocemos. Que cuando observamos la presencia de cantos rodados bajo tierra lejos del mar estamos suponiendo la presencia marina donde hoy existen pueblos, ciudades. Pero todo ello cubierto con el velo dificil de rasgar de los tiempos, cuando los milenios son como un minuto.
Algo así percibimos cuando nos acercamos al Dolmen de la Hechicera, junto al pueblo de Elvillar, Rioja Alavesa. El inmenso galgal que rodea al túmulo central, reconstruido desde su descubrimiento hace ya mas de 84 años, acredita el gran valor arquelógico de este yacimiento del neolítico. La necesidad de que ese espacio sea respetado y las visitas no sean masivas.
Las negras nubes, mas bien un gran nubarrón, parecen testimoniar la negrura que supone investigar el tiempo pasado, cuando los milenios se pierden como sombras.
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