Daphne Yeu
Vivian & Alastor [Escena RP]
❖ Canción: www.youtube.com/watch?v=NkA4GJ-bIzY&ab_channel=Appara...
[Basado en RP]
[11:12] Vivian de Darmond dispuesta estaba a salir de la dichosa ciudad y despejarse cuando, de pronto, una curiosa melodía le atrajo. La amante del arte y de la música avanzó en silencio, se colocó junto a un árbol y dejó caer su peso hacia el lado donde recostaba su hombro para contemplar aquella escena. Nunca habría imaginado a Alastor tocando la guitarra y por un momento detuvo todo el amasijo de pensamientos y planes que trazaba para la Luna Llena y se centraba en el movimiento de esos dedos sobre las cuerdas.
[11:18] Alastor Blackhard lleva rato ahí acomodado sobre el costado de su yegua , tocando la guitarra tal y como la siente junto a una botella de cerveza y la pipa de opio entre sus labios. Así es como olvida, así es como sana su alma y se expresa. Pero evidentemente quien está esperando es a Vivi. Cierra sus ojos y mueve lentamente la cabeza al compás mientras son sus anillados dedos los que se mueven con agilidad y precisión por las cuerdas que hace vibrar. Hay una pregunta que se hace constantemente y se la hace a sí mismo ¿había sido lo correcto confesarle su secreto y por qué le dijo que el amor le hacía débil antes de desaparecer de su casa? Son preguntas las cuales no consigue dar respuesta y se le ve frunciendo el ceño cuando cambia el ritmo rápido de la canción , siendo este un poco más violento. Pasando de un tema suave a otro más salvaje , como el símil que tiene ahora mismo en su interior , estando él y la bestia que le acecha.
[11:30] Vivian de Darmond es capaz de casi ver a través de esa expresión que manifiesta Alastor mientras toca con esos deliciosos ojos cerrados. No desaprovecha la ocasión y continua avanzando hasta él sigilosa, sintiéndose igual de cómoda con esas manoletinas como cuando en verano salía a correr descalza por los jardines de la Mansión del Barón de Darmond. Dibujaba una sonrisa traviesa y felina se aproximaba hasta su víctima, una que se le antojaba demasiado peligrosa y misteriosa ¿Qué ocultaba esa desazón y esa salvaje melodía? Cuando estuvo lo suficientemente cerca tomó la botella y le dio un trago antes de posar sus labios bañados en cerveza en los del soldado. Cuanto había deseado hacer eso de nuevo ¿Por qué no lo hizo antes? Pues porque le preocupaba bajar la guardia, que el amor le hiciera débil. Ahora sencillamente había vuelto a ocultar su corazón bajo el muro de hielo y tan solo se disponía a sentir y disfrutar de lo que le sacudiera el alma y Alastor obviamente tenía algo pendiente con ella. Si el soldado se dejaba, o le pillaba desprevenido, no solo succionaría su labio inferior con pasión, sino que agarraría en mitad de ese beso la guitarra y la apartaría hacia un lado sin despegar su boca de él hasta poder sentarse sobre él con sus piernas apoyadas a cada lado del varón.
[11:45] Alastor Blackhard realmente estaba tan absorto tocando la guitarra que era inconsciente de que estuvieras ahí y mucho menos que llegaras como una gata sigilosa, por lo que cuando llegas y juntas sus labios con los de él , lo primero que hace es abrir los ojos, quedándose con los ojos abiertos de par en par y casi alucinando porque no te esperaba así. Se deja hacer cuando le apartas la guitarra a un lado aun sin llegar a ser consciente del todo de que estás ahí y besándolo. En ese momento en que te sientas a horcajadas sobre él , logrando sentir el tú peso sobre él, ahí cerró sus ojos y te encerró entre sus brazos para abrazarte y apretarte contra su cuerpo. Ha querido crear una coraza contra ti y solamente con ese beso a traición has logrado romperla con una facilidad abrumadora. Cierra los ojos y ladea su cabeza para encajar bien sus labios con los tuyos , bebiéndote literalmente y entrelazando su lengua con la tuya, gimiendo de placer y sintiendo ese cosquilleo que le sube y baja por la columna *... Quiero más..* Dice jadeante sobre tus labios , refiriéndose a la cerveza pero tampoco ha dado muchos más detalles, deslizando sus manos hasta bajar por tus caderas y pegarte más a él, encajando tú entrepierna con la suya y volviéndote a besar y beber esta vez de tú boca pero saboreándote a ti , que es lo que más le gusta.
[12:05] Vivian de Darmond había decidido dejarse llevar y hasta ahora no había sido consciente que en realidad, lo que se ocultaba en el interior de su ser, era esa necesidad de conocer a un alma gemela. Dar con alguien con quien poder encajar. Hace meses pensó que una de ellas era Hawk, esa princesa guerrera que había adorado tanto por inspirarle la pureza de la que carecía Vivian, así como la ternura que habían compartido en la intimidad, una joven que despertó su interés por el mismo sexo. Sin embargo, por caprichos del destino no cuajó la cosa. Más adelante pensó que se trataba de Inar, que sus mimos y atenciones desinteresadas y ese adorable amor puro que le había profesado, era lo que necesitaba. Sin embargo, distaban tanto el uno del otro. Venían de mundos diferentes y ella era todo lo contrapuesto a él o eso se obligaba a creer. Cuando sintió el abrazo del soldado fue consciente de ello. Quizá ambos estuvieran igual de rotos, fueran igual de libertinos, de adictos al peligro y, pese a que ella no ocultase una bestia en su interior, dentro de ella había un fuego similar al de Ojos Penetrantes. Fieros y peligrosos al mismo tiempo, no era consciente de ello, pero ambos habían hecho daño a quienes más querían en un pasado y esas dos piezas de puzzle perdidas, parecían querer encajar a la perfección. Sintió aquel escalofrío recorrer su médula y su vello erizarse ante los movimientos del moreno hasta colocarse sobre esa cálida entrepierna que pedía tanto como la suya fundirse ahí mismo. Sonrió en silencio, sabiendo que aquello que estaba experimentando con Alastor se lo guardaría y nunca saldría de su boca —Vamos a por más— respondía agitada y colando sus manos bajo la capa para dejarla caer hacia atrás mientras con un chasquido de dedos dejaba deshacerse la trenza para abrigarla del frío de la noche. No lo pensaba y tomaba una de las manos de él para dirigirla hacia su corset para que se deshiciera de él, colocando la mano de este sobre su pecho, donde podría percibir esas fuertes palpitaciones.
Vivian & Alastor [Escena RP]
❖ Canción: www.youtube.com/watch?v=NkA4GJ-bIzY&ab_channel=Appara...
[Basado en RP]
[11:12] Vivian de Darmond dispuesta estaba a salir de la dichosa ciudad y despejarse cuando, de pronto, una curiosa melodía le atrajo. La amante del arte y de la música avanzó en silencio, se colocó junto a un árbol y dejó caer su peso hacia el lado donde recostaba su hombro para contemplar aquella escena. Nunca habría imaginado a Alastor tocando la guitarra y por un momento detuvo todo el amasijo de pensamientos y planes que trazaba para la Luna Llena y se centraba en el movimiento de esos dedos sobre las cuerdas.
[11:18] Alastor Blackhard lleva rato ahí acomodado sobre el costado de su yegua , tocando la guitarra tal y como la siente junto a una botella de cerveza y la pipa de opio entre sus labios. Así es como olvida, así es como sana su alma y se expresa. Pero evidentemente quien está esperando es a Vivi. Cierra sus ojos y mueve lentamente la cabeza al compás mientras son sus anillados dedos los que se mueven con agilidad y precisión por las cuerdas que hace vibrar. Hay una pregunta que se hace constantemente y se la hace a sí mismo ¿había sido lo correcto confesarle su secreto y por qué le dijo que el amor le hacía débil antes de desaparecer de su casa? Son preguntas las cuales no consigue dar respuesta y se le ve frunciendo el ceño cuando cambia el ritmo rápido de la canción , siendo este un poco más violento. Pasando de un tema suave a otro más salvaje , como el símil que tiene ahora mismo en su interior , estando él y la bestia que le acecha.
[11:30] Vivian de Darmond es capaz de casi ver a través de esa expresión que manifiesta Alastor mientras toca con esos deliciosos ojos cerrados. No desaprovecha la ocasión y continua avanzando hasta él sigilosa, sintiéndose igual de cómoda con esas manoletinas como cuando en verano salía a correr descalza por los jardines de la Mansión del Barón de Darmond. Dibujaba una sonrisa traviesa y felina se aproximaba hasta su víctima, una que se le antojaba demasiado peligrosa y misteriosa ¿Qué ocultaba esa desazón y esa salvaje melodía? Cuando estuvo lo suficientemente cerca tomó la botella y le dio un trago antes de posar sus labios bañados en cerveza en los del soldado. Cuanto había deseado hacer eso de nuevo ¿Por qué no lo hizo antes? Pues porque le preocupaba bajar la guardia, que el amor le hiciera débil. Ahora sencillamente había vuelto a ocultar su corazón bajo el muro de hielo y tan solo se disponía a sentir y disfrutar de lo que le sacudiera el alma y Alastor obviamente tenía algo pendiente con ella. Si el soldado se dejaba, o le pillaba desprevenido, no solo succionaría su labio inferior con pasión, sino que agarraría en mitad de ese beso la guitarra y la apartaría hacia un lado sin despegar su boca de él hasta poder sentarse sobre él con sus piernas apoyadas a cada lado del varón.
[11:45] Alastor Blackhard realmente estaba tan absorto tocando la guitarra que era inconsciente de que estuvieras ahí y mucho menos que llegaras como una gata sigilosa, por lo que cuando llegas y juntas sus labios con los de él , lo primero que hace es abrir los ojos, quedándose con los ojos abiertos de par en par y casi alucinando porque no te esperaba así. Se deja hacer cuando le apartas la guitarra a un lado aun sin llegar a ser consciente del todo de que estás ahí y besándolo. En ese momento en que te sientas a horcajadas sobre él , logrando sentir el tú peso sobre él, ahí cerró sus ojos y te encerró entre sus brazos para abrazarte y apretarte contra su cuerpo. Ha querido crear una coraza contra ti y solamente con ese beso a traición has logrado romperla con una facilidad abrumadora. Cierra los ojos y ladea su cabeza para encajar bien sus labios con los tuyos , bebiéndote literalmente y entrelazando su lengua con la tuya, gimiendo de placer y sintiendo ese cosquilleo que le sube y baja por la columna *... Quiero más..* Dice jadeante sobre tus labios , refiriéndose a la cerveza pero tampoco ha dado muchos más detalles, deslizando sus manos hasta bajar por tus caderas y pegarte más a él, encajando tú entrepierna con la suya y volviéndote a besar y beber esta vez de tú boca pero saboreándote a ti , que es lo que más le gusta.
[12:05] Vivian de Darmond había decidido dejarse llevar y hasta ahora no había sido consciente que en realidad, lo que se ocultaba en el interior de su ser, era esa necesidad de conocer a un alma gemela. Dar con alguien con quien poder encajar. Hace meses pensó que una de ellas era Hawk, esa princesa guerrera que había adorado tanto por inspirarle la pureza de la que carecía Vivian, así como la ternura que habían compartido en la intimidad, una joven que despertó su interés por el mismo sexo. Sin embargo, por caprichos del destino no cuajó la cosa. Más adelante pensó que se trataba de Inar, que sus mimos y atenciones desinteresadas y ese adorable amor puro que le había profesado, era lo que necesitaba. Sin embargo, distaban tanto el uno del otro. Venían de mundos diferentes y ella era todo lo contrapuesto a él o eso se obligaba a creer. Cuando sintió el abrazo del soldado fue consciente de ello. Quizá ambos estuvieran igual de rotos, fueran igual de libertinos, de adictos al peligro y, pese a que ella no ocultase una bestia en su interior, dentro de ella había un fuego similar al de Ojos Penetrantes. Fieros y peligrosos al mismo tiempo, no era consciente de ello, pero ambos habían hecho daño a quienes más querían en un pasado y esas dos piezas de puzzle perdidas, parecían querer encajar a la perfección. Sintió aquel escalofrío recorrer su médula y su vello erizarse ante los movimientos del moreno hasta colocarse sobre esa cálida entrepierna que pedía tanto como la suya fundirse ahí mismo. Sonrió en silencio, sabiendo que aquello que estaba experimentando con Alastor se lo guardaría y nunca saldría de su boca —Vamos a por más— respondía agitada y colando sus manos bajo la capa para dejarla caer hacia atrás mientras con un chasquido de dedos dejaba deshacerse la trenza para abrigarla del frío de la noche. No lo pensaba y tomaba una de las manos de él para dirigirla hacia su corset para que se deshiciera de él, colocando la mano de este sobre su pecho, donde podría percibir esas fuertes palpitaciones.