talourcera
I watch you sleep (relato: Mientras tú duermes)
Hoy toca una de sombras; de las que yo llamo de negra sombra. Pero como todo amante de la pintura o la fotografía sabe, las sombras son muy importantes en un cuadro, en una fotografía, en una composición. No es algo en lo que se fije el común de los mortales; pero son las que realzan los motivos iluminados, aquellos que queremos destacar, enfatizar. Así como los taoístas transmitían hace más de 2.500 años, que todo lo que existe en el universo es una dualidad entre lo brillante, y lo oscuro, lo sombrío, el equilibrio en el arte está en conocer y utilizar el juego de luces y sombras, que es lo que significa eso del yin y el yang, precisamente.
Pero empecemos por la música, que es una de las canciones más inquietantes, desasogueradoras de la historia de la música. Siento no poder poner el vídeo de Youtube, como es habitual, porque no la he encontrado, por eso hoy pongo el enlace a Spotify que se puede escuchar gratuitamente aunque no tengas cuenta ahí (Control + click). No dejéis de oír esta música de la gran Shirley Horn, creadora de canciones como Here's to life...
open.spotify.com/track/4JygDwvt7segPuyhgEabyk?si=m0InYfIc...
I watch you sleep - Shirley Horn.
...que ha sido de una poderosa inspiración; habla de una mujer que observa a su marido o amante mientras duerme....
.
Mientras tú duermes
Sonríes mientras duermes… te observo en mitad de la noche, cuando todo está oscuro, cuando los objetos más pequeños proyectan las sombras más grandes, más amenazadoras. Y sin que tú lo sepas, te observo en silencio. Nunca te lo he dicho, ni se lo he dicho siquiera a mis íntimas. Como lo de olerte los cabellos. Nunca me has dado motivos para desconfiar de ti, aparte de esa manía tuya, claro está, de tontear con todas esas faldas que se te ponen por delante. Siempre has tenido un magnetismo especial, de eso no cabe duda; un encanto personal que embelesa a cualquiera a poco que te trate.
Cuando eras joven, simplemente con tu presencia llamabas la atención; cuando entrabas en un local, las chicas abrían los ojos y se giraban a tu paso. Pero es que además es que eres inteligente, e ingenioso, y nos hacías reír… y eso desarma a cualquier mujer. Así fue como yo caí rendida a tus pies, aunque me hiciera de rogar. Y al final, fuiste a mí a quien elegiste de entre todas.
Pero esa sonrisa… esa sonrisa mientras duermes…
Ya sé que tú eres de esas personas que necesitan que las estén elogiando constantemente. Nunca entendí el porqué de esa puñetera inseguridad. Si tú vales más que la inmensa mayoría de la gente, que no te llegan ni a la altura de tus zapatos. Pero los hombres sois así, tenéis que mear en cuanta santa farola se os pone por delante; sentir que sois el gallo del gallinero, igualito que nuestro perro Tom.
Y después está esta maldita educación mamada de mi madre desde mi más tierna infancia, que me lleva a este servilismo emocional. O quizá esté impreso a fuego en nuestro ADN femenino, quién coño sabe. Pero ahí está. Que me lleva a adorarte, a sentirte como mi protector, mi maestro, sin el que no sabría moverme por este mundo caótico e imprevisible, como un niño desvalido cuando se pierde, por un instante, de la vista de sus padres. Y que no me vengan con monsergas las jodidas feministas de los huevos, cuando después te enteras que Tony, mi amiga la bollera, todo el día hablando de igualdad y respeto y ella va detrás de su amante como una perra lamiendo a su dueña, que la putea y la engaña todo lo que puede, y ella la persigue humillándose, mendigando su cariño y atención, a pesar de los desprecios que le hace, sobre todo cuando sabe que nos tiene a nosotros de público.
Sonríes mientras duermes… ¿En qué otros mundos estarás en tus sueños? ¿Soy yo el objeto de esos sueños? A veces, en esas noches eternas, en esas horas oscuras, cuando todo parece más negro de lo que realmente es, tengo envidia de esa almohada que sostiene tus cabellos, tengo celos de las ensoñaciones que tu rostro, en la quietud de la noche, no sabe disimular.
Pero después despiertas, con esa mirada tuya que llena de luz nuestra estancia, y me repites que yo soy el amor de tu vida, que qué suerte haberme encontrado y conocido, que desde entonces ya supiste que no me ibas a dejar escapar nunca jamás. Y entonces, las sombras de todos los objetos de la habitación se reducen a su justa dimensión. Y comprendo al fin, que cuando estás enfermo, que cuando estás bajo de moral, a la que llamas es a mí. La mano que te acaricia y reconforta es la mía, y no la de todas esas pollitas a las que embelesas con tus sonrisas. Que tu corazón y tu mente están aquí, en nuestra casa, con los tuyos. Y que yo voy a estar aquí siempre a tu lado, esperándote, y haciendo lo que mejor se me da, que es darte mi amor y mi vida. Pero ve con cuidado, porque ya te lo advirtió tu madre, cuando te decía «tú haz lo que quieras, pero ten presente que a una mujer no le puedes ganar en amar ni en odiar». Aunque sé que vendrán otras noches, y otros momentos oscuros en los que tú…
Tú sonríes mientras duermes…
.
I watch you sleep (relato: Mientras tú duermes)
Hoy toca una de sombras; de las que yo llamo de negra sombra. Pero como todo amante de la pintura o la fotografía sabe, las sombras son muy importantes en un cuadro, en una fotografía, en una composición. No es algo en lo que se fije el común de los mortales; pero son las que realzan los motivos iluminados, aquellos que queremos destacar, enfatizar. Así como los taoístas transmitían hace más de 2.500 años, que todo lo que existe en el universo es una dualidad entre lo brillante, y lo oscuro, lo sombrío, el equilibrio en el arte está en conocer y utilizar el juego de luces y sombras, que es lo que significa eso del yin y el yang, precisamente.
Pero empecemos por la música, que es una de las canciones más inquietantes, desasogueradoras de la historia de la música. Siento no poder poner el vídeo de Youtube, como es habitual, porque no la he encontrado, por eso hoy pongo el enlace a Spotify que se puede escuchar gratuitamente aunque no tengas cuenta ahí (Control + click). No dejéis de oír esta música de la gran Shirley Horn, creadora de canciones como Here's to life...
open.spotify.com/track/4JygDwvt7segPuyhgEabyk?si=m0InYfIc...
I watch you sleep - Shirley Horn.
...que ha sido de una poderosa inspiración; habla de una mujer que observa a su marido o amante mientras duerme....
.
Mientras tú duermes
Sonríes mientras duermes… te observo en mitad de la noche, cuando todo está oscuro, cuando los objetos más pequeños proyectan las sombras más grandes, más amenazadoras. Y sin que tú lo sepas, te observo en silencio. Nunca te lo he dicho, ni se lo he dicho siquiera a mis íntimas. Como lo de olerte los cabellos. Nunca me has dado motivos para desconfiar de ti, aparte de esa manía tuya, claro está, de tontear con todas esas faldas que se te ponen por delante. Siempre has tenido un magnetismo especial, de eso no cabe duda; un encanto personal que embelesa a cualquiera a poco que te trate.
Cuando eras joven, simplemente con tu presencia llamabas la atención; cuando entrabas en un local, las chicas abrían los ojos y se giraban a tu paso. Pero es que además es que eres inteligente, e ingenioso, y nos hacías reír… y eso desarma a cualquier mujer. Así fue como yo caí rendida a tus pies, aunque me hiciera de rogar. Y al final, fuiste a mí a quien elegiste de entre todas.
Pero esa sonrisa… esa sonrisa mientras duermes…
Ya sé que tú eres de esas personas que necesitan que las estén elogiando constantemente. Nunca entendí el porqué de esa puñetera inseguridad. Si tú vales más que la inmensa mayoría de la gente, que no te llegan ni a la altura de tus zapatos. Pero los hombres sois así, tenéis que mear en cuanta santa farola se os pone por delante; sentir que sois el gallo del gallinero, igualito que nuestro perro Tom.
Y después está esta maldita educación mamada de mi madre desde mi más tierna infancia, que me lleva a este servilismo emocional. O quizá esté impreso a fuego en nuestro ADN femenino, quién coño sabe. Pero ahí está. Que me lleva a adorarte, a sentirte como mi protector, mi maestro, sin el que no sabría moverme por este mundo caótico e imprevisible, como un niño desvalido cuando se pierde, por un instante, de la vista de sus padres. Y que no me vengan con monsergas las jodidas feministas de los huevos, cuando después te enteras que Tony, mi amiga la bollera, todo el día hablando de igualdad y respeto y ella va detrás de su amante como una perra lamiendo a su dueña, que la putea y la engaña todo lo que puede, y ella la persigue humillándose, mendigando su cariño y atención, a pesar de los desprecios que le hace, sobre todo cuando sabe que nos tiene a nosotros de público.
Sonríes mientras duermes… ¿En qué otros mundos estarás en tus sueños? ¿Soy yo el objeto de esos sueños? A veces, en esas noches eternas, en esas horas oscuras, cuando todo parece más negro de lo que realmente es, tengo envidia de esa almohada que sostiene tus cabellos, tengo celos de las ensoñaciones que tu rostro, en la quietud de la noche, no sabe disimular.
Pero después despiertas, con esa mirada tuya que llena de luz nuestra estancia, y me repites que yo soy el amor de tu vida, que qué suerte haberme encontrado y conocido, que desde entonces ya supiste que no me ibas a dejar escapar nunca jamás. Y entonces, las sombras de todos los objetos de la habitación se reducen a su justa dimensión. Y comprendo al fin, que cuando estás enfermo, que cuando estás bajo de moral, a la que llamas es a mí. La mano que te acaricia y reconforta es la mía, y no la de todas esas pollitas a las que embelesas con tus sonrisas. Que tu corazón y tu mente están aquí, en nuestra casa, con los tuyos. Y que yo voy a estar aquí siempre a tu lado, esperándote, y haciendo lo que mejor se me da, que es darte mi amor y mi vida. Pero ve con cuidado, porque ya te lo advirtió tu madre, cuando te decía «tú haz lo que quieras, pero ten presente que a una mujer no le puedes ganar en amar ni en odiar». Aunque sé que vendrán otras noches, y otros momentos oscuros en los que tú…
Tú sonríes mientras duermes…
.