Nathalie Le Bris
Velocidad
A partir de mis 6 años, empecé a ir caminando sola al cole, cuatro veces al día. Tenía que cruzar tres calles. La primera se llamaba Rue Pierre Abélard, de nombre de un filósofo francés (eso lo descubrí más tarde). Al cruzar esa calle, a final del curso escolar, había una bignonia en floración con abejas volteando a su alrededor, atraídas, igual que la niña de entonces, por su color tan vibrante y que todavía me encanta. Me acercaba y me paraba a observar, maravillada, el vuelo de las abejas y de los abejorros. Me encantaba especialmente su zumbido, y la velocidad tan increíble con la que iban batiendo las alas. www.youtube.com/watch?v=Sciy6GZr8Po
Velocidad
A partir de mis 6 años, empecé a ir caminando sola al cole, cuatro veces al día. Tenía que cruzar tres calles. La primera se llamaba Rue Pierre Abélard, de nombre de un filósofo francés (eso lo descubrí más tarde). Al cruzar esa calle, a final del curso escolar, había una bignonia en floración con abejas volteando a su alrededor, atraídas, igual que la niña de entonces, por su color tan vibrante y que todavía me encanta. Me acercaba y me paraba a observar, maravillada, el vuelo de las abejas y de los abejorros. Me encantaba especialmente su zumbido, y la velocidad tan increíble con la que iban batiendo las alas. www.youtube.com/watch?v=Sciy6GZr8Po