Emilio S. A.
nieve en el cañon del leza
El cañón
El vuelo del buitre leonado es una de las imágenes más características del cañón
El río Leza discurre por la reserva de la biosfera de los valles del Jubera, Leza, Cidacos y Alhama y está encuadrado en la Red Natura 2000. Avanza por la comarca del Camero Viejo y al llegar al tramo que discurre entre Soto en Cameros y Leza de Río Leza origina un desfiladero de unos seis kilómetros de largo, entre cincuenta y cien metros de anchura y un desnivel de setecientos metros en las zonas más elevadas. En la zona del mirador la caída es de unos quinientos metros.
La garganta está originada por la erosión causada por el propio río. Su lecho se ha ido profundizando debido a la acción conjunta del agua y los sedimentos que arrastra. De esta forma, a lo largo de miles de años ha ido esculpiendo la roca. A veces su labor es sencilla cuando encuentra materiales blandos como arcillas o yesos; otras veces es más dificultosa al toparse con rocas calizas de mayor dureza. En ellas abre fisuras en forma de congostos. Los grandes cortados de roca caliza, sedimentada hace unos 110 ó 120 millones de años presentan desniveles de casi doscientos metros y abruptas vertientes.
Flora
El quejigo es uno de los árboles de la zona
A pesar de la inclinación de sus paredes, incluso las zonas más aparentemente lisas tienen oquedades o fisuras en las que se fijan helechos, musgos y líquenes. La presencia de estos últimos es un buen indicador de la pureza del aire de la zona, ya que son muy sensibles a la contaminación.
Las vertientes del cañón no tienen una vegetación abundante. Predominan el boj y la coscoja. En cuanto a los árboles propiamente dichos, hay algunos quejigos en Soto y Trevijano, carrascales, arces de Montpellier un par de hayedos al norte y repoblaciones de pino laricio.
Fauna
El cañón se encuentra en una zona de especial protección para las aves (ZEPA). La inaccesibilidad de los altos roquedos les presta protección frente a los depredadores terrestres, las corrientes ascendentes de aire caliente permiten a las aves planeadoras tanto emprender el vuelo como mantenerlo y las altas peñas ofrecen excelentes miradores para otear el paisaje.
El alimoche es una de las rapaces que habitan el cañón por temporadas
El ave más emblemática de la zona y a la que es fácil divisar es el buitre leonado (Gyps fulvus). Es una gran rapaz planeadora y carroñera que puede alcanzar hasta tres metros de envergadura, y hay en la zona una importante colonia de más de cincuenta parejas. En temporada se pueden divisar también los blancos alimoches (Neophron percnopterus). Otras rapaces que habitan el cañón son el águila real (Aquila chrysaetos), el águila culebrera (Circaetus gallicus) y el cernícalo (Falco tinnunculus). Entre las rapaces nocturnas, se encuentra el cárabo (Strix aluco). También hay aviones roqueros (Ptyonoprogne rupestris), roqueros solitarios (Monticola solitarius), roqueros rojos (Monticola saxatilis), colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros), cuervos (Corvus corax), chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax), abejarucos (Merops apiaster) y otras aves.
Es frecuente que podamos ver aves volando cerca de nosotros, lo que nos permite apreciar sus características y, particularmente su plumaje. De todas formas, no es mala idea llevar unos prismáticos para realizar una mejor observación.
Mucho más difíciles de ver son los mamíferos. Entre ellos destaca el jabalí (Sus scrofa). También hay garduñas (Martes foina), hurones (Mustela putorius furo) y nutrias (Lutra lutra). Entre los reptiles, destaca la presencia de la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus). Ocasionalmente se pueden ver ejemplares de un verde intenso y considerable tamaño (hasta dos metros) cruzando la carretera. A pesar de su imponente aspecto, son inofensivas para el hombre.
nieve en el cañon del leza
El cañón
El vuelo del buitre leonado es una de las imágenes más características del cañón
El río Leza discurre por la reserva de la biosfera de los valles del Jubera, Leza, Cidacos y Alhama y está encuadrado en la Red Natura 2000. Avanza por la comarca del Camero Viejo y al llegar al tramo que discurre entre Soto en Cameros y Leza de Río Leza origina un desfiladero de unos seis kilómetros de largo, entre cincuenta y cien metros de anchura y un desnivel de setecientos metros en las zonas más elevadas. En la zona del mirador la caída es de unos quinientos metros.
La garganta está originada por la erosión causada por el propio río. Su lecho se ha ido profundizando debido a la acción conjunta del agua y los sedimentos que arrastra. De esta forma, a lo largo de miles de años ha ido esculpiendo la roca. A veces su labor es sencilla cuando encuentra materiales blandos como arcillas o yesos; otras veces es más dificultosa al toparse con rocas calizas de mayor dureza. En ellas abre fisuras en forma de congostos. Los grandes cortados de roca caliza, sedimentada hace unos 110 ó 120 millones de años presentan desniveles de casi doscientos metros y abruptas vertientes.
Flora
El quejigo es uno de los árboles de la zona
A pesar de la inclinación de sus paredes, incluso las zonas más aparentemente lisas tienen oquedades o fisuras en las que se fijan helechos, musgos y líquenes. La presencia de estos últimos es un buen indicador de la pureza del aire de la zona, ya que son muy sensibles a la contaminación.
Las vertientes del cañón no tienen una vegetación abundante. Predominan el boj y la coscoja. En cuanto a los árboles propiamente dichos, hay algunos quejigos en Soto y Trevijano, carrascales, arces de Montpellier un par de hayedos al norte y repoblaciones de pino laricio.
Fauna
El cañón se encuentra en una zona de especial protección para las aves (ZEPA). La inaccesibilidad de los altos roquedos les presta protección frente a los depredadores terrestres, las corrientes ascendentes de aire caliente permiten a las aves planeadoras tanto emprender el vuelo como mantenerlo y las altas peñas ofrecen excelentes miradores para otear el paisaje.
El alimoche es una de las rapaces que habitan el cañón por temporadas
El ave más emblemática de la zona y a la que es fácil divisar es el buitre leonado (Gyps fulvus). Es una gran rapaz planeadora y carroñera que puede alcanzar hasta tres metros de envergadura, y hay en la zona una importante colonia de más de cincuenta parejas. En temporada se pueden divisar también los blancos alimoches (Neophron percnopterus). Otras rapaces que habitan el cañón son el águila real (Aquila chrysaetos), el águila culebrera (Circaetus gallicus) y el cernícalo (Falco tinnunculus). Entre las rapaces nocturnas, se encuentra el cárabo (Strix aluco). También hay aviones roqueros (Ptyonoprogne rupestris), roqueros solitarios (Monticola solitarius), roqueros rojos (Monticola saxatilis), colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros), cuervos (Corvus corax), chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax), abejarucos (Merops apiaster) y otras aves.
Es frecuente que podamos ver aves volando cerca de nosotros, lo que nos permite apreciar sus características y, particularmente su plumaje. De todas formas, no es mala idea llevar unos prismáticos para realizar una mejor observación.
Mucho más difíciles de ver son los mamíferos. Entre ellos destaca el jabalí (Sus scrofa). También hay garduñas (Martes foina), hurones (Mustela putorius furo) y nutrias (Lutra lutra). Entre los reptiles, destaca la presencia de la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus). Ocasionalmente se pueden ver ejemplares de un verde intenso y considerable tamaño (hasta dos metros) cruzando la carretera. A pesar de su imponente aspecto, son inofensivas para el hombre.