patacón
Déjà-Vu
El aire se tornó viscoso y la confusión del segundo se volvió minuto y luego perdí la noción, algo así como aquella vez (que me sumergí en el agua paulatinamente) como aquella vez, las manos transparentes y el ardor en los ojos y los pies dormidos.
Así fue. Todo empezó con el mareo, cuando vinieron a buscarme, con la luna a escondidas mirando, aquella escena en blanco y negro en silencio absoluto.
Como aquella vez (hace años, horas, pasos). Y sentí aquel frío y el vaivén indescriptible, las imágenes borrosas y lo oscuro de una noche —flotando— confundido.
Todo aquel era un trance infinito. Sensaciones ausentes degradando en un gris infame dentro de un cuadro de un paisaje atravesado por un tren sin número ni maquinista.
Como aquella vez (que me entraba agua por la boca). Ansioso. Interminable. Atado de pies y manos en un vagón sin ventanas, sin bolígrafo, ni papel, medio ciego, medio sordo, con la lengua trabajada con mi garganta, con mis pulmones inundados.
Como aquella vez (respirando apenas, apenas gimiendo) en plena aceleración de los latidos: de sienes palpitando, de espuma en la boca, doler de huesos y fatiga terrible.
Como aquella vez si cuando me sentí muriendo pero ellos se fueron sin mi.
(un trabajo de la u, autor del poema desconocido)
Déjà-Vu
El aire se tornó viscoso y la confusión del segundo se volvió minuto y luego perdí la noción, algo así como aquella vez (que me sumergí en el agua paulatinamente) como aquella vez, las manos transparentes y el ardor en los ojos y los pies dormidos.
Así fue. Todo empezó con el mareo, cuando vinieron a buscarme, con la luna a escondidas mirando, aquella escena en blanco y negro en silencio absoluto.
Como aquella vez (hace años, horas, pasos). Y sentí aquel frío y el vaivén indescriptible, las imágenes borrosas y lo oscuro de una noche —flotando— confundido.
Todo aquel era un trance infinito. Sensaciones ausentes degradando en un gris infame dentro de un cuadro de un paisaje atravesado por un tren sin número ni maquinista.
Como aquella vez (que me entraba agua por la boca). Ansioso. Interminable. Atado de pies y manos en un vagón sin ventanas, sin bolígrafo, ni papel, medio ciego, medio sordo, con la lengua trabajada con mi garganta, con mis pulmones inundados.
Como aquella vez (respirando apenas, apenas gimiendo) en plena aceleración de los latidos: de sienes palpitando, de espuma en la boca, doler de huesos y fatiga terrible.
Como aquella vez si cuando me sentí muriendo pero ellos se fueron sin mi.
(un trabajo de la u, autor del poema desconocido)