Paisajes mínimos
Este proyecto es una reflexión sobre la fotografía en blanco y negro y un acercamiento al paisaje natural y humano.
Se trata de pequeñas geografías en las que podemos captar la esencia de lugares que podrían estar en cualquier parte. Pequeños rincones por los que he transitado buscando mi sitio.
En la serie vemos paisajes desiertos, viajes a ninguna parte, interiores anodinos, gente solitaria. Vemos belleza, fragilidad, mutabilidad de la naturaleza, imágenes turbadoras... Se crean atmósferas con una calma aparente y reconfortante en algunas imágenes, aunque con cierta inquietud y sordidez en otras.
Al disparar en blanco y negro los objetos se aíslan y se transmite curiosidad junto con un sentido apaciguado de soledad. La fotografía en blanco y negro es una ficción. No coincide con la forma en que concebimos el mundo. Es atemporal, pura, emotiva y modesta. Te centras en la luz y las sombras, las texturas, formas y expresiones.
Estas fotos son un encuentro, una sorpresa, una aventura, un trabajo en solitario para salir de la oscuridad a la luz. De ahí su valor terapéutico. La cámara me sirve de memoria.
La muestra se compone de 24 instantáneas. Algunas son dobles y las he llamado “choques” para crear imágenes fortuitas.
Este proyecto tiene más de intuición que de oratoria, así que toda descripción queda supeditada al sentir del espectador.