La soledad de la cigüeña segoviana...
Estamos solos:somos islas. Pero nos desesperamos por tender puentes, y todas nuestras actitudes -lo religioso, lo social, el amor, la amistad- no son otra cosa que esos puentes. Los poemas, los cuadros, ¿no son acaso sordos y a veces inconfesados anhelos de perduración y de inmortalidad? No nos resignamos a nada; y en eso está nuestra grandeza, que es nuestra miseria. Yo me quedo con las casas donde he sido feliz, donde he asistido a la belleza, a la bondad, donde he vivido plenamente (Julio Cortázar)
La soledad de la cigüeña segoviana...
Estamos solos:somos islas. Pero nos desesperamos por tender puentes, y todas nuestras actitudes -lo religioso, lo social, el amor, la amistad- no son otra cosa que esos puentes. Los poemas, los cuadros, ¿no son acaso sordos y a veces inconfesados anhelos de perduración y de inmortalidad? No nos resignamos a nada; y en eso está nuestra grandeza, que es nuestra miseria. Yo me quedo con las casas donde he sido feliz, donde he asistido a la belleza, a la bondad, donde he vivido plenamente (Julio Cortázar)