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San Miguel de Aralar

El Santuario de San Miguel de Aralar se encuentra ubicado en la localidad de Huarte-Araquil, Navarra.

 

De estilo románico, la primera referencia data de 1032, aunque se supone que ya en el siglo IX existía un templo prerrománico. Tras un incendio en el siglo X, se restauró, ampliándolo con dos naves laterales. Visto desde el este, destaca de inmediato el triple ábside con el atrio-refugio adosado al sur y la cúpula coronando el conjunto. En el pasadizo que da acceso a la iglesia se encuentra una sobria portada formada por cuatro arcos de arista viva sobre imposta y pies derechos. Por aquí se pasa a un nártex o pórtico cerrado, cubierto con bóveda de cañón algo apuntado, de la misma anchura que el templo, con el que comunica por tres portadas, sencillas las laterales y más decorada la central.

 

La iglesia del santuario tiene tres naves casi de la misma altura. Está rematado por una cabecera de tres ábsides semicirculares, aunque la central desde fuera sea poligonal. Las tres naves están cubiertas por bóvedas de cañón y la cabecera por bóveda de horno.

 

Los pilares son de planta cruciforme, excepto uno que la tiene circular. No hay capiteles, sino que de una simple imposta arrancan las bóvedas de medio cañón y, en los ábsides, de cuarto de esfera. Carece de toda ornamentación escultórica que pueda distraer la contemplación de la piedra lisa en su función arquitectónica.

 

Antes de llegar a la capilla mayor nos encontramos con un pequeño santuario con cubierta a dos aguas, del siglo XII, situado sobre la gruta en la que, según la leyenda, se apareció el arcángel San Miguel. Este santuario alberga la imagen de San Miguel.

 

En el tramo anterior a la capilla mayor hay una linterna octogonal, siendo el foco de luz más importante del interior.

 

El retablo que preside la capilla mayor -en origen, un frontal de altar- es una de las obras maestras que alberga el Santuario y el ejemplo más notable de la decoración preciosa del altar cristiano en época románica. Realizado, al parecer, en tiempos del rey Sancho VI el Sabio, a finales del siglo XII, se trata de un conjunto de cobre dorado y esmaltado, formado por 39 piezas de esmalte, placas y medallones, con adorno de pedrería semi-preciosa, producido en Limoges. El programa iconográfico representa a la Virgen con el Niño, los tetramorfos o símbolos de los cuatro evangelistas, los apóstoles, los reyes magos, la escena de la Anunciación del ángel a María y la figura de San José.

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Uploaded on May 14, 2018