Mi nombre es César, y mi pasión (y no pasatiempo) desde que tengo memoria, ha sido siempre el cine, especialmente el fantástico y de ciencia ficción. Como a muchos críos, la visión de las películas de Star Wars a tan temprana edad, me marcó para siempre. Perturbador resultó ver por primera vez un inmenso Destructor Imperial atacando con sus brillantes e hipnotizantes rayos láser una pequeña nave de la Alianza Rebelde, temblar ante las pisadas de los enormes e imponentes AT-AT sobre la superficie del planeta helado de Hoth, o quedarse sin respiración ante las vertiginosas velocidades de las moto Jet en los verdes bosques de la Luna de Endor. Es el clásico ejemplo de películas que influenció a toda una generación, pero hay muchas más, como Regreso al futuro, Alien, Terminator o Depredador por citar algunas, o Galáctica: Estrella de combate y “V” La Miniserie, como ejemplo de las series de televisión que más me han influenciado. La mayoría de ellas vieron la luz a finales de los setenta y ochenta, pero cayendo abruptamente el número de títulos interesantes en los años posteriores. Para que resultaran creíbles las imágenes que estos cineastas tenían en mente, necesitaron la ayuda de un talentoso grupo de entusiastas, en el por aquel entonces desconocido y poco desarrollado campo de los efectos especiales. La primera gran firma especializada fue la Industrial Light & Magic, fundada en 1976 por el visionario George Lucas para poder plasmar en imágenes su guión de La guerra de las galaxias, apareciendo desde entonces multitud de ellas ante la creciente demanda de sus servicios. Estas firmas pueden dividirse en varios departamentos o, especializarse en un determinado campo, y aunque me resultaban todos los aspectos fascinantes, el que me acabó atrapando por completo fue el de miniaturas. Generalmente era el método con el que daban vida a todo tipo de vehículos y naves espaciales, en la que partiendo de unos diseños o dibujos detallados creados en el departamento de arte, una vez aprobados se pasaban a la tienda de modelos y se les daba vida física. Es un proceso que con el paso de los años ha ido disminuyendo casi hasta desaparecer, quedando las miniaturas obsoletas frente a la imparable revolución digital, aunque por otro lado comprensible, pues el coste de un modelo creado digitalmente es menor y da total libertad al realizador de imaginar cualquier toma con ellos.

Mi creciente interés por esas miniaturas hizo que me iniciara en el modelismo estático más o menos a los quince años, y enseguida me di cuenta que dentro del hobby, el modelismo cinematográfico era una rareza, siendo practicado habitualmente por muy pocos, lo que ha provocado que la demanda y fabricación de este tipo de kits comerciales sea prácticamente nula. De hecho, mis primeros años los pasé montando y pintando los clásicos vehículos y aviones militares, hasta que logré encontrar mis primeros kits de la Saga de Star Wars. Fue todo un descubrimiento, pero la alegría duró bien poco, pues resultaron ser de una calidad pésima. Aun así, con mi afán perfeccionista y tras ir adquiriendo experiencia y aprendiendo nuevas técnicas por medio de publicaciones especializadas, con el tiempo fui capaz poco a poco de ir detallando y mejorando esos nefastos kits, para así ser lo más fiel posible a los modelos originales empleados en los rodajes. Es un proceso de aprendizaje muy lento en el que además siempre se encuentra uno envuelto en un continuo aprendizaje, pero llegué al punto casi sin darme cuenta de ser capaz de construir completamente de cero cualquier artefacto que viera en una pantalla. No es una disciplina fácil, ya que requiere la inversión de mucho tiempo libre (llegando en algunos casos a necesitar varios años para finalizar un proyecto), y no solo en la preparación y construcción, sino en la búsqueda de referencias (planos y fotografías del modelo original a replicar), y la compra de materiales y herramientas necesarias. Debo admitir que a veces llega a resultar desesperante, por eso intento combinar estos largos proyectos con el montaje y detallado de las pocas maquetas y figuras comerciales existentes en el mercado que merecen la pena.

He hecho de este lugar un escaparate para compartir mis trabajos para quien le interese el tema o simplemente para quien quiera curiosear, y quien sabe, quizás logre que le pique a uno de vosotros el gusanillo.

 

Un saludo y gracias por la visita.

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Bueno pues todo lo que puedo decir de toromodel es que es un gran amigo y una gran persona y como se ve un espectacular modelista todo un profesional en este mundo, cada modelo que ves notas la impresionante técnica que plasma en sus obras y la gran dedicación que les da. Un abrazo amigo.

February 5, 2008