Quetzal es probablemente la persona mas interesante que conozco de cerca, o que incluso, y esto es una buena posibilidad, puedo considerar mi amigo. Cuando me recomienda una pelicula, o libro, la consigo, la veo, e invariablemente encuentro alguna relación hermosa, extraña y oculta en las imagenes. El cerebro de Q… Read more

Quetzal es probablemente la persona mas interesante que conozco de cerca, o que incluso, y esto es una buena posibilidad, puedo considerar mi amigo. Cuando me recomienda una pelicula, o libro, la consigo, la veo, e invariablemente encuentro alguna relación hermosa, extraña y oculta en las imagenes. El cerebro de Quetzal tiene una capacidad inusitada de conectar circunstancias que a menudo parecen no estar relacionadas y formar un todo plausible, aunque a menudo falso. A menudo me pregunto si esta aparente claridad e inegable lucidez, esta capacidad de interpretar el mundo como un todo interconectado y coherente, no es una especie de maldición. Quetzal es una muestra de que la genialidad puede carecer de aspectos prácticos, que a menudo conforma mas una especie de soledad. Es tal vez esta cualidad, en la que me gustaria encontrarme con un espiritu áfin, aunque yo carezco de varias de estas paradójicas virtudes. A menudo logra mostrar que este mundo es profundamente hermoso, pero de una manera silenciosa, tácita, que le importa un comino a la naturaleza si es que la mente humana es adecuable a ella o no lo es. Creo que a Quetzal le quedan dos caminos, el de la practicidad mundana, una carrera, alguna actividad que se torna mecánica con el resto de los años, o el de la tortuosa explotación de su genialidad. El primer camino transforma al hombre en mero esclavo de sus deseos, tal vez el proposito de la vida sea liberarse de uno mismo. El segundo camino lleva, casi con seguridad, al fracaso material, a una inmensa presión que puede transformarse en impetú creativo o dominarle y "romperle" por completo. Quetzal ya ha sobrevivido a este tipo de presión y a través de ella ha logrado muchas cosas que desde nuestra comoda vida clase mediera desconocemos. Ha logrado descifrar quienes son sus amigos, quiénes en un momento de necesidad le han fallado estrepitosamente o se han superado a ellos mismos, ha descubierto que es lo minimo que necesita, ha descubierto el valor real de su familia, aunque ahora probablemente le convenga mas callarlo. En esta sabiduria y desplante de brillantez encontramos la interesante paradoja del hombre que se pretende postmoderno pero que sigue atado a las viscitudes, a las necesidades materiales, a la superestructura que demanda de él, mediante una relación señor siervo, un tributo. Levantarse contra este inmenso Leviátan es como escupir hacia el cielo o aventarle piedras al mar, en esta lucha la vida de Quetzal se revela épica, aunque es la peor clase de este género, es épica tragica.