Un testimonio que es testigo, un testigo que es un comienzo, una huella, algo que implota en lo etéreo para hacerse ver. Lo efímero se vuelve piel cuando pasa por tus ojos. La mujer que sabe leer a la mujer, dueña de una mirada cautiva que cautiva, y que con delicadeza, algún tiempo atrás, empezó a regalarnos algo de t… Read more

Un testimonio que es testigo, un testigo que es un comienzo, una huella, algo que implota en lo etéreo para hacerse ver. Lo efímero se vuelve piel cuando pasa por tus ojos. La mujer que sabe leer a la mujer, dueña de una mirada cautiva que cautiva, y que con delicadeza, algún tiempo atrás, empezó a regalarnos algo de todo eso que está aunque no lo veamos. Seguirás enseñándome a mirar, seguiré prestándote mis ojos para que te veas. Cada día tus fotos llegan un poco más lejos, cada día se elevan un poco más, hasta flotar en el aire. Sin lugar a dudas, serías la fotógrafa que Oliverio hubiese elegido para guardar en una cajita a su Maria Luisa. Te felicito Lu, y brindo porque sigamos alimentando a la artista que atraviesa tus manos, y que pide a gritos que no sueltes la cámara nunca más! T.A.