Gracias... Porque me enseñaste que nada es para siempre y que todo lo es. Porque me mostraste que yo no soy nadie ni nada, pero que puedo ser lo suficiente como para cambiar al mundo. Porque me mostraste mis alas para volar, ser un ángel y un diablo también. Porque cada día me das la oportunidad de ser y deshacer y seguir o pararme. Porque me permites ver y no ver y volver a abrir los ojos de adentro. Porque cada noche oscurece y cada mañana sin falta vuelve a amanecer. Porque me enamoras y me desenamoras de una misma mujer con diferente cara, diferente nombre. Porque me haces llorar destrozado y reir a carcajadas porque estaba llorando ayer. Por el helado y el pescado y el helado de pescado. Por el sexo y el hambre y el hambre de sexo y el sexo con hambre y el sexo en vez de hambre. Por las idas y las dulces venidas. Por la salud divina y la influenza porcina. Por que eres y no y estás y nunca has existido. Por mis hermanas y hermanos y por aquellos a quien en su momento no quise conocer. Por la grandeza de cada pequeño detalle que hizo que las cosas grandes importasen mucho menos. Por la sangre, por la saliva, por la vida, por la muerte, por el agua, por la sal y las piedras y las estrellas y las moscas que no hacen caso como yo nunca quise hacer. Por mi país, por mi gente, mi tierra y sus frutos. Por mi trabajo. Por los frutos de mi trabajo. Por las curvas y las rectas, pero más por las curvas correctas. Por el agua y las nubes. Por los perros y gatos. Por las liebres y pieles que se ven mejor vivas. Por el aire, por las alas y los colibríes. Por el tiempo que sobra y no tengo. Por el dolor, sobre todo cuando cesa. Por la paz y las guerras, sobre todo las que nunca llegan. Bendita crisis eterna del hombre buscandose en todo y encontrandose en nada. Bendita la vida del hombre encontrándose en todo sabiendo que no hay que buscarse en nada. Bendito tú. Bendito yo. Bendito Jesús. Bendito Alá. Bendito Hitler que nos enseñaste hasta donde podemos llegar, para no llegar. Benditas las santas y las putas. Bendito el futból y los libros y el amor y los cafés y los tés y tu cara sonriendo y tus labios besándo y tu piel sintiendo y tu cara pensando y tu cuerpo temblando y corazón latiendo y con la verdad, resonando.

Si estás vivo, siempre corres el peligro de morir. Si estás muerto, siempre corres el peligro de volver a vivir. Benditas las rosas y las espinas y las espinas rosas. Benditas las madres y los padres y las madres más padres y los padres con madres y los que aman a madres.

Gracias a la vida por mi mente, mi cuerpo y por mi pedazo de luz que me llena las venas y que corre por ellas haciendome sentir y reir y pararme y seguir.

Gracias de corazón. Gracias con corazón. Gracias corazón. Gracias.