Amante de los pequeños detalles y soñadora empedernida. Fanática de las lágrimas sinceras y espontáneas. Valora la sencillez de la soledad, a veces fiel compañera.

Ciudadana del mundo y de la nada a su misma vez. Se inyecta felicidad en vena, y suministra dosis por doquier para aumentar la colección de sus sonrisas y las de los suyos. Pasea de la mano con las nubes, guardando aromas y texturas en pequeños frascos de cristal. Grita sentimientos que al rozar la brisa de la mañana enmudecen por completo.

Miedosa, de ella misma y sus circunstancias. Sensible cual delicado recuerdo en la memoria, e insensible -cuando quiere o necesita- como témpano de hielo. Ansía encontrar aquellos ojos magos capaces de guiarla por una historia con final abierto, y trazar -a base de lienzo y pincel- la magia que guarda cada retazo de luz, preservando en el bolsillo una sonrisa ya gastada manchada con su nombre.