Gabriel G. Bianchini. Get yours at bighugelabs.com/flickr

 

"Milagro es que una imagen te toque el alma"

Esta frase describe el motivo clave por el que considero este arte mi método de ex

presión. Viajar a través de la vista es una forma directa de llegar a vuestras mentes. Pero ¿De que me sirve llegar tan profundo sin transportar en el camino una carga de especial valor?

 

Me llamo Gabriel Guerra Bianchini, por mucho que uno de mis apellidos os indique un país con forma de bota. Nací un 13 de septiembre de 1984, en una isla con forma de Caimán.

 

Crecí con la ilusión de un niño que podía llevar sus alas, tan lejos como la imaginación se lo permitiese. La habana fue mi patio de juego. El hogar de mis sonrisas y lágrimas.

Mis sueños y fantasías tenían forma de parque, malecón y escuela (en ese mismo orden). Los adoquines que desarrollan la experiencia, los muros que culturizan la ignorancia. El calor de barrio que socializa el comportamiento humano. Fue todo un motor en marcha que transformó el valor que hoy le brindo a la vida.

 

Aquel 15 de diciembre del 2002, vi alejarse tras un cristal mi casa, mi barrio, la ciudad y luego el Caimán. Todo esto tras un pequeño cristal redondo.

 

En Madrid supe que un sueño es la realidad que se avecina, mi sueño incluye al mundo. Y decidí entonces, que sería mi cámara la que me ayudase a transformarlo.

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Este caballero cubano, hace ese tipo de fotos con las que uno recuerda por qué está en ésto de las fotos... por qué uno vive dividido entre la necesidad de congelar en el tiempo momentos y la necesidad de mostrárselos a los demás... Sólo hay una explicación a su imaginación, a su locura fotográfica, a su capacidad d… Read more

Este caballero cubano, hace ese tipo de fotos con las que uno recuerda por qué está en ésto de las fotos... por qué uno vive dividido entre la necesidad de congelar en el tiempo momentos y la necesidad de mostrárselos a los demás... Sólo hay una explicación a su imaginación, a su locura fotográfica, a su capacidad de idear una composición, y transformarla en una imagen para poder compartirla con los demás, y es... que sigue siendo un niño... Sólo así se puede entender... Uno primero se enamora de sus fotos, y luego de su persona. O al revés, qué más da. Grandes tus fotos, brodel, y grande tú!. Más grande que Cuba entera...

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February 1, 2010