Estudiante de periodismo y fotógrafo de alma. La Serena, Chile. Cel: 97 666 335

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Además de sacar fotos me gusta mirar fotos, y humildemente veo tanto travestismo fotográfico en esto, fotos ultramaquilladas, se les arrancó la hermosura de la imagen primaria, el ego del fotógrafo ensucia lo esencial. Es como el parroquiano que se tira al piso, mirando al cielo gritando por Dios, para que todos sepan que tiene Fe, siendo que tiene que gritar para que lo escuchen, algo innecesario en tal suceso, ya que sólo revela la carencia de la misma. Le sacan fotos a las minas y las sexualizan para que la chica se sienta deseada, al pobre lo hacen más pobre, al poderoso le dan más poder y al hermoso paisaje lo transforman en algo apocalíptico, irreal, lo hacen mala ficción para mostrar sus capacidades frente al computador. He aprendido a quedarme con lo simple, a valorar eso antes que lo extraordinario. Las risas son espontáneas, al igual que la tristeza, recoger la belleza de ambas, hacerlas visibles en lo posible, regalar sentimientos, regalar instantes únicos, irrepetibles. “Poner la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo momento en el que se desarrolla el clímax de una acción”, como lo dijo el maestro Bresson, lo demás creo que sólo es pose.