Es difícil ser objetivo al escribir sobre alguien a quien estimas, como en este caso. Pero sé que no me alejo de la pura verdad si digo que Ana Belén, "Fantômette", compañera de trabajo y sobre todo amiga, tiene el don de saber mirar, y unas dotes innatas para seleccionar con gusto lo que se pone ante sus ojos, para ap… Read more

Es difícil ser objetivo al escribir sobre alguien a quien estimas, como en este caso. Pero sé que no me alejo de la pura verdad si digo que Ana Belén, "Fantômette", compañera de trabajo y sobre todo amiga, tiene el don de saber mirar, y unas dotes innatas para seleccionar con gusto lo que se pone ante sus ojos, para apropiarse del grano y desechar la paja. Talento, pericia y una enorme pasión, son atributos de los que hace gala profusamente. Verla con una cámara colgada al cuello, escudriñando escenas con avidez, es toda una experiencia gratificante. Ana Belén, a quien ya he nombrado mi fotógrafa de cabecera, se contagia -y ella misma contagia- fácilmente. Y a la vista está, aquí mismo en flickr, lo que es capaz de hacer la buena moza con una cámara de andar por casa. Ni ella misma intuye lo que puede llegar a dar de sí. Yo sí. Al tiempo.