Mi nombre es Lucía y soy la autora de las imágenes que ves aquí.

Mi madre vino a tenerme un 12 de Diciembre de 1983, en un extraño lugar llamado Algeciras, del cual sólo quiero recordar todo lo bueno que he sacado a raíz de su mediocridad. Entre otras cosas, la fotografía.

Hago fotos desde los 15 años con una vieja Zeiss Ikon modelo Kontina 35mm que mi padre tuvo el gran acierto de prestarme. Sin embargo, mi primera cámara propia la adquirí a los ocho años, gracias a reventarle los oídos al mismo para que eligiese una compacta de plástico como regalo del menú familiar de Telepizza, en mi primer viaje a Ceuta. Aún la conservo con un RSX II que disparo en MUY contadas ocasiones.

Como todo principio, el mío fue en parte gratificante, en parte frustrante (al principio, todas tus fotos te parecen ‘’bonitas’’).

Todo tornó radicalmente a lo segundo al cabo de unos años, cuando ya no me satisfacían las típicas ‘’fotos bonitas’’, saturándome hasta el punto de llegar a quemar una caja entera de fotos con sus negativos, y decidir dejarlo de por vida.

Por suerte, siempre tuve gente a mi alrededor que me dieron a tiempo grandes bofetadas sin mano para evitar abandonar los sueños.

Retomé la fotografía a los 18 años en la Universidad Autónoma de Madrid, gracias a un laboratorio en el que me dejaban colarme de cuando en vez para hacer mis primeros estropicios con la química. De aquella, además de la cámara roja de Pizzoletto y la Zeiss Ikon, ya contaba con una Cosina CS1 35mm que mi padre (otra vez) había acertado a regalarme. Fue en esta época cuando vi que “el ojo se nace y se trabaja”.

En un viaje a París en Noviembre de 2003 saco las mejores fotos que tenía hasta la fecha, y decido que ya nada puede detener este cañonazo de sensaciones que me mueve.

Pasan tres años (2006) y por fin decido dejar todo lo que tenía (pareja, casa, carrera universitaria, amigos, familia e incluso país, Inglaterra) para irme a Granada y estudiar un módulo de fotografía que, literalmente, me cambió la vida.

Ese mismo año, me hago con dos Nikon D80 –consecutivamente- que acaban en siniestro total del software, propiciándome la adquisición de mi actual Nikon D200, con la que trabajo desde entonces.

En Granada, tengo la oportunidad de hacer las primeras cosas que de verdad me llenan, como mi primer fotorreportaje sobre el circo, y mi primera sesión de moda. Así mismo, conozco gente maravillosa y otras no tanto, que me enseñan, me critican y colaboran conmigo (o yo con ellos) haciéndome crecer en lo bueno y menguar en lo altivo.

El gran paso hasta hoy lo doy volviendo a Madrid en Julio de 2007, donde desarrollo distintos proyectos, viajo para llevar a cabo otros, y conozco a grandes personas con la que -y para las que- trabajar incansablemente.

Es en esta ciudad y ese mismo año donde descubro a fondo la Lomografía (lomography.com), corriente fotográfica que, de manera indescriptible y sublime, refleja perfectamente qué veo, quién soy y cómo puedo llegar a mostrar mi verdadera cara. Con la Lomografía, me desarrollo en su plenitud y llego a ganar dos concursos -nacional e internacional, respectivamente- en el mismo año (2008), mientras sigo desarrollando proyectos paralelos en analógico y digital, que también ven sus frutos.

En resumidas cuentas, creo que hacer fotos es lo que me hace abrir los ojos cada día, además de una gran manera de llegar a conocerme a mí misma y darme al resto del mundo. Estoy abierta a cualquier tipo de proyecto y jamás cierro la puerta a una propuesta que me lleve a enriquecerme como persona y a satisfacer los intereses del que busca mi disparo, sea aquí o en el centro del Gobi.

Disfruto haciendo de todo, y si te apetece que pongamos en marcha el engranaje del asunto, sólo tienes que silbar (aquí):

Lucía deMosteyrín

Lucia.demosteyrin@gmail.com