ENVEJECER...
Ayer, en una calle de Toro, me encontré a esta señora sentada a la puerta de su casita, y me permitió, amablemente, hacerle esta foto.
Se llama Clara, tiene noventa y tres años y una vitalidad increíble.
Un abrazo, Sra. Clara, y que siga disfrutando de la vida por muchos años...
Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
Ingmar Bergman
ENVEJECER...
Ayer, en una calle de Toro, me encontré a esta señora sentada a la puerta de su casita, y me permitió, amablemente, hacerle esta foto.
Se llama Clara, tiene noventa y tres años y una vitalidad increíble.
Un abrazo, Sra. Clara, y que siga disfrutando de la vida por muchos años...
Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
Ingmar Bergman