AMOR ETERNO...
♫♪EL TIEMPO PASA – Pablo Milanés♫♪
Nos hemos puesto viejos,
ya tu frente no tiene la tersura del nácar,
ni tus ojos son claros
como fueron las lunas
de tu antiguo ropero,
sin embargo mi vieja,
todavía te quiero.
Nos hemos puesto viejos,
ya las manos me tiemblan,
no aprecio como antes la honradez del espejo,
sin embargo mi vieja,
todavía te quiero.
Ya veo que caminas inclinada
como si te pesaran demasiado los recuerdos,
todo ha ido cambiando,
han perdido mis dedos sus ágiles reflejos,
ya no puedo tocarte como antes guitarra,
y ya tú no podrías oírla,
ni aún haciendo un esfuerzo.
Que mucho hemos cambiado,
es tan blanco tu pelo que una vez fue tan negro,
pero sé que aún conservas con orgullo en tu alma,
mis halagos primeros.
Te ha fallado la vista,
no puedes contemplarme como antes de lejos,
pero en cambio conservas todavía,
para llenarme la vida aún de alegría,
el tono de tu voz,
dulce y sereno.
Ya están hechos tres hombres
nuestros hermosos y adorados nietos,
si supieras mi vieja que ayer los sorprendí diciendo:
"!Qué acabado está abuelo!"
Si,
nos hemos puesto viejos,
sin embargo mi vieja,
todavía TE QUIERO.
G. Venegas
AMOR ETERNO...
♫♪EL TIEMPO PASA – Pablo Milanés♫♪
Nos hemos puesto viejos,
ya tu frente no tiene la tersura del nácar,
ni tus ojos son claros
como fueron las lunas
de tu antiguo ropero,
sin embargo mi vieja,
todavía te quiero.
Nos hemos puesto viejos,
ya las manos me tiemblan,
no aprecio como antes la honradez del espejo,
sin embargo mi vieja,
todavía te quiero.
Ya veo que caminas inclinada
como si te pesaran demasiado los recuerdos,
todo ha ido cambiando,
han perdido mis dedos sus ágiles reflejos,
ya no puedo tocarte como antes guitarra,
y ya tú no podrías oírla,
ni aún haciendo un esfuerzo.
Que mucho hemos cambiado,
es tan blanco tu pelo que una vez fue tan negro,
pero sé que aún conservas con orgullo en tu alma,
mis halagos primeros.
Te ha fallado la vista,
no puedes contemplarme como antes de lejos,
pero en cambio conservas todavía,
para llenarme la vida aún de alegría,
el tono de tu voz,
dulce y sereno.
Ya están hechos tres hombres
nuestros hermosos y adorados nietos,
si supieras mi vieja que ayer los sorprendí diciendo:
"!Qué acabado está abuelo!"
Si,
nos hemos puesto viejos,
sin embargo mi vieja,
todavía TE QUIERO.
G. Venegas